Vendida en tableros estándar de 120 cm de ancho desde 1928, la madera contrachapada ha sido un elemento básico de la construcción convencional durante casi un siglo. Dimensionalmente fuerte, fácil de cortar, liviana y capaz de crear una barrera efectiva, la madera contrachapada y otros paneles de ingeniería como el OSB y el MDF son omnipresentes, particularmente por su uso como material de revestimiento en sistemas constructivos de entramados de madera y Ballon Frame. Históricamente, embarcaciones, aviones e incluso los marcos de automóviles se han construido con madera contrachapada, antes del acero, el aluminio o la fibra de vidrio. Como un material simple capaz de ser manipulado y moldeado en una amplia variedad de formas, la madera contrachapada también fue ampliamente utilizada en muebles y diseños arquitectónicos de arquitectos como Charles y Ray Eames, Eero Saarinen, Alvar Aalto y Marcel Breuer.
Las técnicas de carpintería basadas en la adherencia de láminas delgadas de madera se remontan al antiguo Egipto, pero las láminas modernas de madera contrachapada solo han sido factibles desde mediados de 1800, cuando Immanuel Nobel (padre del inventor de la dinamita y creador del premio homónimo, Alfred Nobel) inventó el torno giratorio. Esta herramienta de fresado procesó la madera en bruto hasta convertirla en materia prima para la madera contrachapada, pelando troncos enteros en láminas delgadas (similar a un rollo de papel higiénico que es sacado de su tubo de cartón). Hasta el día de hoy, la madera contrachapada se produce apilando, pegando y uniendo estas láminas en una prensa, orientando el grano de cada capa 90 grados con respecto a la capa de abajo para obtener una resistencia uniforme en todo el tablero. Otras láminas de ingeniería están hechas con partículas de madera de varios tamaños y orientaciones, pero igualmente son pegadas y presionadas hasta conformar un único elemento.
Hoy en día, los tableros de madera de ingeniería se utilizan en todas las escalas de la construcción, pero en algunas ciudades, el material ha desarrollado un estigma como símbolo visual del deterioro urbano. Por ejemplo, es habitualmente utilizado para sellar ventanas y puertas en casas abandonadas. FEMA ha recomendado la utilización de láminas de plástico transparente, y algunas ciudades de Estados Unidos han prohibido el uso de madera contrachapada para cubrir edificios vacíos. Sin embargo, las nuevas tecnologías de diseño están abriendo las posibilidades de la madera contrachapada como material arquitectónico, y los diseñadores de están descubriendo nuevas y emocionantes formas de incorporarlo en sus proyectos.
Durante la mayor parte de su historia, la madera contrachapada se ha implementado comúnmente como tableros completos, o cortados en paneles más pequeños aún rectangulares. Sin embargo, con la aparición y masificación de la tecnología CNC y otros métodos computarizados similares, ahora es posible tallarla repetitivamente en formas geométricamente perfectas y estrechamente controladas, con una precisión que el corte manual nunca podría igualar. Esto permite que el material plano comience a crear formas tridimensionales, a través de ensambles y sistemas de encaje. Los enrutadores CNC también pueden convertir láminas de madera en pantallas perforadas o cortadas con patrones cuidadosamente diseñados, y los diseñadores han descubierto que los cortes estratégicos o las ranuras pueden permitir que las hojas se doblen y giren de manera estable y controlada, creando formas que parecen esculpidas. En todo este proceso, los archivos digitales compartidos permiten que el material sea utilizado creativamente en cualquier parte del mundo, gracias a sistemas de construcción de código abierto como WikiHouse.
Las máquinas CNC también son vitales para la producción de madera laminada cruzada. Estos gruesos paneles de tableros de madera maciza, en lugar de láminas delgadas, prometen igualar las capacidades de soporte de carga del hormigón armado, conservando los beneficios sostenibles de la madera natural. Si bien el CLT, los híbridos de madera y plástico, y la promesa de nuevos productos revolucionarios (como la madera transparente) están empezando a insinuar el futuro de los materiales de construcción, estos proyectos muestran cómo la colaboración entre el diseño creativo y las nuevas tecnologías ya está moldeando la construcción de la arquitectura del presente.